Cuando inscribimos a nuestros hijos en clases de kárate, sabíamos que aprenderían defensa personal y harían un gran ejercicio. Hemos llegado a aprender que el karate ofrece mucho más que eso. También desarrolla su confianza y disciplina. Promueve el establecimiento de metas, el respeto y el orgullo por lo que han logrado. Estas son habilidades importantes para la vida que deben saber. Nuestros dos hijos están dedicados a ganar sus cinturones negros en el futuro, y creemos que tienen el deseo y la disciplina necesarios para que eso suceda. Es bueno saber que el karate ha ayudado a enriquecer a nuestros niños en todos los aspectos de sus vidas.
– Tom y Lisa Krosnowski